miércoles, 17 de diciembre de 2008

SEDA BLANCA VS SEDA ROJA

No sólo en Gor hispano, también en Gor anglosajón puedes leer muchas opiniones sobre los tipos de kajirae que hay. Pero lo que más me preocupa son los onlineismos que hacen clasificaciones de tipos de kajira dependiendo del color del silk que llevan, y por lo que tengo entendido, es una costumbre procedente de IRC.

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"Existen muchos tipos de esclava en los libros, pero el principal problema parece ser entender qué es una seda roja y qué es una seda blanca.
La cuestión es si adoptamos ese criterio inventado o adaptamos el criterio que Norman expone en sus libros y que expresa en estar carta dirigida al Gorean Group que podéis encontrar aquí.
Incluyo la traducción del webmaster con las cuales comulgo:

"...Todas llevan collares", es la primera contestación común, del que los goreanos se sienten orgullosos. El segundo argumento es "Pero cada una en su collar es diferente". Este argumento, me parece, clarifica la actitud del goreano hacia la esclava. En un sentido, no es nada, y ha de tratársele como tal, pero, en otro sentido, es valiosa, y lo es todo." –Guardsman of Gor, 20:260
El goreano tiene, para aquellas a las que posee, muchos nombres diferentes. La región o el origen específico, o el uso reservado para la muchacha le otorgará en ocasiones una "etiqueta". Es importante sin embargo, aclarar que las esclavas, desde la más alta a la más baja de la cadena, pueden usarse de cualquier modo que determine su Amo, sin que ningún nombre o etiqueta excluya una cosa u otra. La mayoría de las esclavas de Gor servirán como esclavas de cocina por el día, y se adornarán con diáfanas sedas de placer de vivos colores para servir por la noche, bailar y dar placer a sus Amos.

No existe una conexión automática entre lo que una esclava viste, y el nivel de entrenamiento que haya alcanzado; de hecho es muy poco frecuente encontrar a una esclava que realmente lleve unas sedas que reflejen su nivel de entrenamiento. Como mucho, a una virgen, o "esclava de seda virgen" se le dará un lazo blanco que enrollar en su collar cuando haya de servir por la noche a hombres que no estén al tanto de su condición. Todas las demás, simplemente llevarán sedas de placer del color que haya disponible. No se requiere una identificación para las esclavas no vírgenes, se presupone que una esclava no es virgen a menos que se especifique lo contrario.

"Una "seda blanca" es una esclava virgen. Una "seda roja" es una esclava que "ha sido abierta para el uso de los hombres". Esto no quiere decir que las esclavas vírgenes vistan de blanco. Las categorías son más semánticas que descriptivas respecto a las vestiduras. A veces la diferenciación entre "seda roja" y "seda blanca" es importante, como en un poste de subastas.

Habría que recordar que Doreen llevaba un lazo blanco atado al collar cuando bailó por primera vez en público en una taberna de paga para su amo, Hendow de Brundisium. Su virginidad, como podemos recordar, estaba siendo, de hecho, sorteada. Además, ha de bailar seduciendo a los clientes de su Amo, como si suplicara su propia desfloración., de manera que pudieran comprar más ostraka, que servirían como "tickets", Cuando se la encapucha, y se le desflora, se le quita el lazo blanco del collar y se sustituye por uno rojo. El lazo blanco, y un papel de esclava, testificando su anterior virginidad y su consecuente "apertura", concretamente, un papel marcado con una mancha insolente de su sangre virginal, se expusieron más tarde en la taberna, clavados en una pared del vestíbulo.

Lo suposición general, por supuesto, es que una esclava no sea virgen. Según esto, nadie esperaría encontrar un lazo rojo en el collar común. Una esclava de placer se supone que ha de servir para el placer de su Amo, con frecuencia, y plenamente, y como una esclava. Por ello, su virginidad, si la tuviera antes de ser esclavizada, sería corta. Por ello, en caso de que se le colocara un lazo, con seda blanca o seda roja, sería algo muy extraño, y requeriría algún contecto especial, o inusual, como por ejemplo, quizá, cuando se expone una esclava en la jaula de una casa de subastas previamente a su venta, o algo similar.

Un amo podría requerir a una esclava que se presentara en sedas blancas la primera vez que entra en su alcoba, para servirle, y entonces, podría lanzarle una túnica corta de seda roja, que habrá de llevar uno o dos días, ante sus compañeras esclavas,y en la calle para que no pase por alto ese detalle acerca de ella.

Esto no impide, por supuesto, que a una esclava, virgen o no, se le den unas sedas del color que sea para que las vistan, blancas, rojas o amarillas, o de cualquier otro color.

–John Norman, Carta al Gorean Group, 20 de septiembre de 2000."

¿Seda blanca, seda roja, esclava de pasión, zorra de paga, muchacha de la olla? SER seda blanca significa ser virgen, VESTIR sedas blancas es otro tema, el uso del blanco para una esclava puede significar algo, o no, dependiendo de las costumbres locales. Y ciertamente, niveles de entrenamiento como esclava de placer "certificada", son exclusivos de las casas de esclavistas que las producen no algo con que el amo goreano común tenga derecho a "etiquetar" a su esclava."

miércoles, 19 de noviembre de 2008

A QUIEN PUEDA INTERESAR

Me parece muy fuerte que de todas las entradas que hemos hecho y que deberían haber interesado más a todos, sólo esta haya tenido comentarios. Es lastimoso. Pero bueno, seguimos trabajando y seguimos aquí.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Pergamino 19 de Luther

LO ESENCIAL SOBRE EL KAJIRUS (ESCLAVO VARÓN). PERGAMINO Nº 19 DE LOS PERGAMINOS EDUCACIONALES DEL UBAR LUTHER.

La mujer no es el único género susceptible de ser esclavizado en Gor. Los hombres también pueden afrontar ese destino, aunque en menor número. En Gor uno de los términos para el esclavo varón es “kajirus”, y su forma plural es “kajiri”. “Kajiri”, además se utiliza para designar un grupo de esclavos compuesto por hombres y mujeres. Un error frecuente es creer que “kajirus” es el plural del singular “kajiru”. El número de esclavos varones en Gor es muy pequeño, especialmente en las ciudades. Sólo un 10% de los esclavos de Gor son hombres. Los hombres capturados en guerras y asaltos son generalmente asesinados en lugar de capturados y esclavizados. La mayoría de los esclavos varones son deudores o criminales, aunque un pequeño número son cautivos.

Los esclavos varones suelen ser esclavizados por motivos económicos, como mano de obra barata. La filosofía goreana del “orden natural” apoya la esclavitud femenina, pero no la masculina. La sociedad goreana reconoce sin embargo la validez, la legalidad y la necesidad económica de la esclavitud masculina. Es una decisión más práctica que basada en una filosofía más profunda. Según estas justificaciones cualquiera puede ser esclavizado. No todas las instituciones sociales necesitan tener una base en un sustrato filosófico. Algunas son simplemente conceptos prácticos.

Pocos esclavos varones son considerados valiosos, y generalmente no alcanzan precios muy altos, ni siquiera en subastas. Las principales excepciones son los esclavos de seda y los exóticos. El precio más alto normal por un esclavo varón es de un tarso de plata. Muchas esclavas se venden por precios mayores que ese. También son escasos los esclavos varones con mucho pedigree. Hay poco motivos por los cuales criar esclavos varones, excepto los exóticos. Casi cualquier goreano puede servir como esclavo de trabajo corriente. Los tipos de kajiri más comunes son los esclavos de trabajo, que se usan en galeras, minas, grandes granjas, o como porteadores en los puertos. Puerto Kar, Cos y Tyros utilizan miles de esclavos en sus galeras. En otras ciudades se les emplea para las labores menos agradables, como los agujeros de rechazo o la limpieza de los baños públicos. A otros se les utiliza para tirar de carros en equipo. La mayoría trabajan encadenados junto a otros esclavos. En algunas ciudades, como Ar, rara vez se ve un esclavo sin encadenar. Las cuadrillas de trabajo pueden consistir en 50, 100 y hasta 1.000 hombres. Se les considera generalmente mano de obra barata y prescindible.

Las cadenas de trabajo de libres también existen, ya que a los esclavos no se les permite participar en algunos trabajos de construcción. No se utilizan esclavos de trabajo para construir calzadas, trabajos de asedio, levantar murallas, o la construcción de templos ni edificios públicos. Sin embargo, en multitud de aspectos, las cadenas de libres no se diferencian demasiado de las de eslavos. Muchas están compuestas por criminales. Estos criminales han sido vendidos, por una cuota nominal para trabajar en cuadrillas el resto de sus condenas como obreros. Aunque técnicamente se supone que se les liberará cuando concluya su condena no todos acaban siendo liberados. Algunos encargados de obra establecen normas muy estrictas para sus trabajadores. En caso de violarlas, se amplía su condena. Estas normas se crean de manera que la mayoría de los trabajadores acabe violándolas en algún momento, con el efecto de mantener a sus trabajadores más tiempo del estipulado en la sentencia original. A estos trabajadores se les somete a una disciplina similar a la de los esclavos, y el encargado puede hacer con ellos lo que guste, incluso matarlos.

Probablemente los esclavos de trabajo más bajos son los esclavos de la sal de Klima. Klima se encuentra en lo más profundo del país de las dunas, en la región de Tahari. Su emplazamiento exacto se mantiene en secreto. Miles de esclavos de la sal trabajan allí para extraerla de tanques de salmuera, generalmente mediante perforación o dragado. A los esclavos se les lleva allí a pie. Se les encapucha, encadena y se les lleva a través del desierto. Algunos nunca alcanzan Klima. Escapar de Klima es casi imposible y nadie, hasta que lo hizo Tarl Cabot, lo consiguió jamás. No se permite el uso de kaiilas, y no hay agua en mil pasangs. No se permite la presencia de mujeres, y el horario de trabajo es desde al amanecer hasta el anochecer. Es un trabajo inhumano y pocos esclavos duran mucho tiempo allí.

Otros esclavos acaban como esclavos luchadores, bien gladiadores o guardaespaldas. Muchas ciudades goreanas disponen de arenas para el combate de los gladiadores. El combate suele ser bastante letal y muchos esclavos luchadores son gravemente heridos o mueren durante los juegos. Estos kajiri aprenden a usar los cestae y otras armas para la lucha en arena. El cuchillo gancho, pequeño, grueso y de hoja curva, se suele utilizar, a veces envainado. Cuando el combate no es a muerte, se impregna la funda con un pigmento azulado para marcar los golpes. Generalmente, los hombres libres no forman parte de los combates en arena.

Otros esclavos luchadores menos formales son los que combaten en establos, principalmente para el entretenimiento de las castas bajas. La mayoría de estos combates no son más que grescas sangrientas. Los combates suelen dividirse según el peso de los contrincantes. Ambos luchadores, desarmados, entran en un agujero poco profundo. Llevan los puños normalmente enfundados en cuero para no romperse las manos. Se realizan apuestas, y hay pocas reglas en el combate excepto agarres hasta provocar la muerte. Los hombres pueden utilizar patadas, puñetazos... hasta que sólo uno de los dos contrincantes queda de pie sobre la arena. Otro tipo de esclavos son los que se usan en la caza, como presa. Un deporte popular entre algunas mujeres.
Poco se dice en los libros sobre el uso de esclavos como guardaespaldas, ni se dan pautas para su utilización. A los esclavos no se les permite, en general el uso de armas, así que no está claro si estos kajiri pueden o no llevarlas. Un esclavo dará su vida para proteger la de su dueño, aunque tenga que luchar desarmado. De todos modos, a la hora de protegerse, cualquiera confiaría antes en un Casta Roja que en un esclavo.

Algunos esclavos realizan trabajos menos extenuantes. Los asistentes de las tabernas de paga son esclavos que trabajan en dichas tabernas, supervisando a las kajirae y la recaudación por la paga y el uso de las esclavas. Algunos esclavos también trabajan como actores en los teatros de las ciudades, y otros realizan trabajos básicos de algunas castas, generalmente el más monótono y de menor importancia.

El tipo de esclavo varón más valioso es generalmente el esclavo de seda, esclavos certificados de mujeres, similares a las esclavas de placer. Son hombres apuestos que han sido especialmente entrenados para atender las necesidades de las mujeres. Se venden en subastas especiales para mujeres, vetadas para los hombres libres. Los esclavos de seda suelen obtener mayores precios que muchas esclavas. La mayoría de los escavos de seda pueden llegar a costar entre 4 y 6 tarsks de plata. Esto no es más que el resultado de la oferta y la demanda, pues son escasos en Gor. La mayoría de los goreanos serían pésimos esclavos de seda. Hay esclavos de seda masculinos y afeminados. Algunas mujeres temen al tipo masculino, pues les preocupa que se rebelen contra ellas algún día, y acaben haciéndolas sus esclavas. Otras, secretamente, se deleitan ante esta posibilidad. El tipo afeminado rara vez se utiliza para cría. Pocas libres se preocupan de ocultar su desnudez en presencia de sus esclavos de seda. Sin embargo, muchas de ellas nunca los besan pues no desean posar sus labios en un esclavo. Un esclavo de seda acaba conociendo a su dueña tan bien que pueden reconocerla a pesar de llevar ropa y velo. Los hombres goreanos suelen despreciar a los esclavos de seda y no los tratan bien. Cuando se derrota una ciudad, los vencedores suelen acabar con la vida de los esclavos de seda por resultarles desagradables.

Un tipo poco común de esclavos son los llamados esclavos de seducción. Se utilizan como señuelo para mujeres libres, colocándolas en situaciones comprometidas de manera que se las pueda esclavizar de acuerdo con las Leyes del Lecho (eng. Couching Laws). Las Leyes de Lecho existen en algunas ciudades goreanas y pueden tener su origen en Ar. Básicamente la ley establece que cualquier mujer libre que yazga con el esclavo de otro, o que se disponga a hacerlo, se convierte en esclava del propietario del esclavo. “De lecho” es un eufemismo para referirse a las relaciones sexuales. Milo, un esclavo de Magos de Gor, es el principal ejemplo de esclavo de seducción. Milo es un hombre corpulento, con garbo, de pelo rubio rizado. Se le considera excepcionalmente apuesto y vestía túnica de seda púrpura además de sandalias doradas. Era a su vez un afamado actor. Su amo, Appanius, le hacía atraer a las mujeres para citarse secretamente con él. Una vez que las mujeres estaban listas para tener sexo con Milo, Appanius salía de su escondite con un par de testigos, para esclavizar a la mujer, apelando a la Ley del Lecho. Las actividades de Milo fueron bastante efectivas y su trabajo como esclavo de seducción se mantuvo en secreto durante bastante tiempo. En ciudades donde no exista esta ley, los esclavos de seda pueden ofrecerse tranquilamente a las invitadas. Por otro lado, un esclavo puede ser asesinado por tocar a una mujer libre sin permiso.

Los exóticos, son una especie de kajiri muy valiosos. Criados o entrenados para propósitos específicos. Debido a su escasez suelen alcanzar grandes precios. Pueden presentar deformaciones como lóbulos especialmente grandes u otras características específicas. Las variedades de exóticos entrenados es ilimitada. Un tipo de exótica entrenada era una mujer que se crió sin conocer la existencia de los hombres. Un hombre podría ser criado de la misma manera, desconociendo la existencia de las mujeres.

Los kajiri, rara vez llevan collares cerrados con llave. En su lugar suelen llevar bandas de hierro cerradas a golpe de martillo alrededor de sus cuellos. Al contrario que las kajirae, no hay un tipo de vestimenta específico para los kajiri, ya que los goreanos no desean que se les identifique a simple vista, porque les cuesta reconocer cuán numerosos son los esclavos varones especialmente en las ciudades. La lana de hurt se utiliza normalmente en la ropa de esclavos, pues absorbe el sudor bien. En muchas ciudades, las eslavas han de llevar siempre visible un símbolo de su esclavitud, como el collar. Los esclavos varones están exentos de esta ley por la misma razón por la que no llevan una indumentaria que los identifique como esclavos. Los goreanos temen que los esclavos varones se subleven. La sublevación de esclavos que aconteció en Tharna, en Proscrito de Gor, es una preocupación constante en otras ciudades.

Las kajirae frecuentemente desprecian a los kajiri, pues se consideran la única propiedad legítima de los hombres. Consideran una gran vergüenza que un esclavo las toque. Sin embargo, a los varones se les permite con frecuencia que dispongan de una esclava para su placer, especialmente como recompensa. Sin embargo, es común matar a un esclavo que toca a una kajira sin permiso. Las esclavas miran con desdén a los esclavos porque no los consideran verdaderos hombres al haber sido esclavizados.

Los kajiri suelen arrodillarse, al igual que las mujeres. No se sientan con las piernas cruzadas como hacen los hombres libres. El hecho de que separen o no sus rodillas depende del deseo de su propietario. También se les puede marcar como a cualquier esclava pero no es tan normal como en ellas. A los varones se les marca con una gran kef, si bien en lugar de ser la kef cursiva de las kajirae, es una K mayúscula. Es más caro mantener a un esclavo varón que a una esclava. En otros aspectos, a los esclavos se les trata de la misma manera que a ellas. Igualmente se les considera una mera propiedad. Han de mostrar respeto a todos los libres y están sujetos a que cualquier libre les discipline.

Los kajiri tienen más facilidades para recibir la libertad, aunque suele ponérsele en situaciones peligrosas para conseguirla. En caso de ser necesario, se les puede liberar y proporcionar armas si la ciudad está siendo atacada y se necesitan más hombres. Tarl Cabot fue esclavizado en multitud de ocasiones pero siempre consiguió la libertad. Jason Marshal llegó a Gor como esclavo pero igualmente consiguió su libertad. Las Panteras, suelen capturar a los hombres que entran en sus territorios, los hacen sus esclavos y los venden una vez se han cansado de ellos. Éstos recuperan su libertad una vez que abandonan los Bosques del Norte.

Pocos terrestres son abducidos por los Reyes Sacerdotes y traídos a Gor para ser esclavos. De hecho, pocos hombres son traídos a Gor, en general. Se cree que el primer terrestre que fue traído a Gor como esclavo fue Jason Marshall, en los libros 14 al 16. Es sorprendente que no ocurriera en más ocasiones. Algunos terrícolas serían estupendos esclavos de seda. Otros serían aceptables esclavos de trabajo. Esto podría deberse en parte al general desprecio de los goreanos hacia los terrestres. Sin embargo aún parece potencialmente un negocio bastante lucrativo para un esclavista emprendedor, especialmente para un agente de los kurii.

Pergaminos Educacionales del Ubar Luther, Essay #19, version 5.0 (http://www.geocities.com/delphius2002/id48.htm)

* * * Traducido por Nogr Sohl, Magistrado de Concordia, a partir del Pergamino Educacional del Ubar Luther, Essay #19, version 5.0 (http://www.geocities.com/delphius2002/id48.htm)

Carta escrita por John Norman con motivo de la apertura de www.gorchronicles.com:

Publicada por Simon_of_Tabor el 2007/3/7

UN MENSAJE PERSONAL DE JOHN NORMAN

La siguiente carta fue amablemente escrita por John al abrir este sitio web.

“¡Qué asombroso es el fenómeno mundial goreano!
¡Qué inesperado, por supuesto para mi, que algo tan diferente y tan notable pudiera ocurrir!
No se sospechaba, no fue algo buscado, no fue previsto.

A veces pienso en mí mismo como alguien vagando, digamos, unos miles de años atrás, en algún desierto, que podría por casualidad haber descubierto el magnetismo, o alguna nueva fuerza de la naturaleza, una que no entendía, pero cuya realidad, una vez vislumbrada, era tan innegable como el mineral de hierro, o como la lluvia, o el viento, o el relámpago. Que trae su descubrimiento a los pasillos del adoctrinamiento, por error, y descubre para su sorpresa que la realidad no puede existir sin el permiso y la aprobación. Sólo se le permite existir selectivamente, y por ello ha de ser aprobada, incluso autorizada. La realidad no autorizada ha de ser negada, o al menos, discretamente encubierta.

La exploración, es por consiguiente peligrosa.
Y el descubrimiento parece ser peor.

Uno puede vivir una existencia de tres cuartos, por supuesto. La mayoría de la gente lo hace, y de menos. Ciertamente el nido es acogedor; ¿porqué abandonar el hogar?: el horizonte está lejano; es cuanto menos diferente; pero uno se cansa de los gusanos; y sospecha que las alas tienen un propósito.

¿Es la realidad tan terrible? No parece estar claro. Hemos estado viviendo con ella durante cincuenta mil años, e incluso hemos reconocido a veces ese hecho.
En cualquier caso, sobre el mineral de hierro, y la lluvia, y el viento, y el relámpago no se vota; no se remiten a los comités; son parte del tejido del que se componen las cosas, y se imponen, inexcusablemente; no buscan ningún permiso, ninguna aprobación.
Existen cosas como la naturaleza humana, el corazón humano, la mente humana, el cuerpo humano.

De ninguna manera inventamos las verdades biológicas de la naturaleza humana, del mismo modo que no inventamos la visión, ni el habla, la circulación de la sangre, el latido del corazón.
No inventamos a los hombres ni a las mujeres.

Son lo que son, y lo que no son es recipientes huecos que hayan de rellenar con cuantos más azúcares y almíbares mejor, los cocineros untados de humanidad, los intolerantes codiciosos de poder, los que imponen lo-que-debe-ser, aquello que consideren adecuado verter en los contenedores receptivos, neutros, contenedores en sí vacíos. ¡Qué afortunados son los recipientes cuando son etiquetados desde fuera por extraños que no los conocen, ni se conocen a sí mismos, y que los rellenen con cualquier contenido que estos extraños puedan considerar acorde a sus propios intereses!

Además, el ser humano no es un artefacto social, sino algo vivo, un animal notable; no es un producto manufacturado, no es un abrecartas, o un abrelatas, ni un gorro de fiesta, ni un sello de caucho, diseñado para otro propósito que para el suyo propio, aunque seguramente el animal original puede ser retorcido y torturado para darle formas inusuales. ¿Hay un hecho más visible en las cadenas de montaje de la sociedad? El hecho de que se le pueda privar a un árbol de minerales y agua, de que se puedan envenenar sus raíces, que se puedan arrancar sus ramas y corteza, y quitársele las hojas, con cuidado, una a una, no cambia nada. El hecho de que no se permita florecer al árbol, alcanzar su destino genético, no prueba que no pueda florecer, o que carezca de un destino genético. La subversión de tales verdades presupone de hecho su existencia. El ser humano moderno es demasiado a menudo un bonsai humano, cosechado, impedido, y colocado en maceta. El hecho de que una cosa viva se pueda doblegar, rasgar, y podar en una diversidad de demencias, dependiendo de la ideología de los dictados de los buscadores de poder político, religioso, y similares., no altera nada.

Los dictadores de valores no disponen de muchas credenciales; sus autocertificaciones son pomposas y vacuas; se sospecha de los papados de sus auto-canonizaciones. A veces pienso que sufren daño cerebral: quizás sus halos son demasiado pesados.
Con todo el respecto debido uno podría ofrecer la prueba de las consecuencias de la vida. ¿No merece la pena considerarlo?

Si una ideología provoca infelicidad, miseria, pena, división, enfermedad, aburrimiento, y odio, esto es seguramente no un elogio sino una acusación.

Dejad a los hombres y a las mujeres ser ellos mismos.

¿Acaso no merecen la oportunidad de investigar sobre sus propias naturalezas, como son, no como se les dice que han de ser?
En cualquier caso, la civilización goreana sugiere que las civilizaciones no necesitan ser prisiones, suprimiendo, dañando, y minimizando a sus víctimas, sino que podrían ser realces de la naturaleza, en realidad, parte de la naturaleza, en su desarrollo, no su antítesis, no su adversario.
¿Y por eso, cuál sería el gran daño si, aquí y, allí pudieran darse enclaves ocasionales de racionalidad, y honradez, algunos bolsillos diseminados de salud y cordura?

Eso no parece algo tan terrible.

Así que dejen que continúe el experimento goreano.
Y por ello doy la bienvenida más calurosa a un lugar nuevo, notable, un nuevo puerto en las aguas goreanas, una nueva fortaleza en sus montañas, una ciudad nueva, desafiante que se registrará en sus mapas, Chronicles of Gor.

Le deseo bien.

John Norman

Pergamino 11 de Luther

ARMAS Y ARMADURAS

Los Reyes Sacerdotes promulgaron ciertas leyes sobre armas en Gor. Estas leyes limitan el tipo de armas y armaduras que los goreanos pueden utilizar o inventar. Ningún tipo de armadura está permitido, excepto el escudo y el casco. En Gor no hay cota de malla, armadura de placas ni armadura de cuero. El cuero que llevan los tarnsman y otros no es un tipo de armadura. Es más una ropa pesada que una armadura y está pensada para proteger tu cuerpo de tu montura. No se permite ningún arma más poderosa que una lanza y un arco. Las armas de fuego, la pólvora y los explosivos están prohibidos en Gor. Otras armas, como tasers y pistolas aturdidoras son tecnológicamente posibles en Gor pero no existen como armas. Los diversos tipos de aguijones, incluyendo el de tarn, kaiila y de esclavos, poseen principios tecnológicos similares a los tasers y pistolas aturdidoras, pero no suelen utilizarse como armas. Los aguijones de tarn y kaiila causan dolor pero no hieren. El aguijón de esclavo puede matar si su dial está puesto en el nivel de matar.

Los Reyes Sacerdotes tienen numerosas naves espaciales que constantemente escanean la superficie de Gor buscando infracciones de las Leyes de Armas. También tienen muchos agentes humanos que les informan de todo lo que sucede. La violación de la Ley de Armas es un delito capital. Los Reyes Sacerdotes utilizan la Llama de la Muerte como método de ejecución. El delincuente es vaporizado repentinamente en un relámpago de fuego azul. El mecanismo de la Llama de la Muerte está localizado en una nave espacial. Puede pasar un año antes de ser cazado violando estas leyes, pero te cazarán. Los Reyes Sacerdotes no escuchan excusas de los delincuentes. Simplemente observan al delincuente y le ejecutan.

Los Kurii pasan de contrabando armamento prohibido. En general, los kurii de Gor tienen las mismas restricciones armamentísticas que todos los goreanos. Pero los kurii se arriesgan voluntariamente a la Llama de la Muerte en las ocasiones que utilizan ciertas armas y también es conocido que abastacen a los goreanos con armas prohibidas. Por ejemplo, en Asesinos de Gor, un cargamento de armas de fuego es entregado en la Casa de Cernus. Su destino final nunca se detalló en ese libro. Tales artículos serían raros dado que los Reyes Sacerdotes tarde o temprano localizan y destruyen al poseedor. Deberías utilizar tales armas con moderación en tu rp. Incluso un kur sería objetivo de la Llama de la Muerte si fuera visto utilizando armamento prohibido.

ARMADURA

Escudos: El escudo más común es uno redondo como el utilizado por los antiguos griegos. Está hecho de capas superpuestas, concéntricas, generalmente siete, de cuero rígido remachado y atado con aros de cobre. Está ajustado con cabestrillos para llevarlo en el brazo izquierdo. Suele estar pintado desafiantemente con un símbolo que identifica tu ciudad. Sólo los exiliados y proscritos no tienen marcas en el escudo. Un escudo requiere habilidad para utilizarlo apropiadamente lo que es una razón probable por la que los Reyes Sacerdotes permiten su uso.
Algunas tierras de Gor llevan diferentes estilos de escudos. Los Pueblos del Carro utilizan escudos de cuero pequeños y redondos y suelen ser brillantes y lacados. Los escudos de Turia y de los Alars tienden a ser ovalados. Los rencers utilizan pequeños escudos de mimbre de rence. Los escudos de los nativos de las junglas cercanas a Schendi tienden a ser largos y ovalados. En Ukungu, región de la jungla, suelen llevar un penacho de plumas en un punto del escudo. Si está en la parte baja del escudo, significa que es cazador de animales. Si está en la parte alta, significa que es cazador de humanos. Los escudos de los Red Savages son pequeños y redondos, hechos de piel de kailiauk. Tienen grabados signos medicinales. Creen que si son indignos o mienten, los escudos fallarán al protegerlos. Los escudos de Torvaldsland son redondos y de madera.

Casco: el casco común goreano es como los cascos de la antigua Grecia. Está hecho de un metal casi sólido con una ranura en forma de Y para los ojos, nariz y boca. Muchos cascos están almohadillados con cuero. Pueden llevar un penacho de pelo de sleen. La mayoría de los cascos tienen también una placa de escudo sobre la frente para poner el escudo o símbolo de la ciudad. Una herida en la cabeza con una espada u otra arma, a menudo es fatal. El casco protege este área vulnerable y hace que los combatientes confíen más en la habilidad que en un golpe afortunado en la cabeza. Es la misma razón por la que se permitieron los cascos a muchos gladiadores de la antigua Roma aunque poca armadura más. Los romanos buscaban que las batallas fueran pruebas de habilidad, no sólo suerte. Los Reyes Sacerdotes también quieren que los asuntos goreanos se decidan más por la habilidad que por suerte.

Muchas de las tierras menos civilizadas no usan cascos o tienen cascos de diferentes estilos. Los hombres de Torvaldsland tienen cascos normalmente cónicos con un protector de nariz que puedes subir o bajar. En el cuello y en los lados, fijados por aros, suele colgar una capa de malla. Algunos de estos cascos pueden llevar cuernos. Los Pueblos del Carro tienen cascos cónicos, con bordes de piel, y una red de cadenas de colores sobre la cara. Sólo hay huecos en las cadenas para sus ojos.

ARMAS

Espada corta: El arma más común del guerrero es el gladius, un tipo de espada corta. El gladius deriva de la espada de la Tierra del mismo nombre. El gladius es de origen español y fue ampliamente usada por los antiguos romanos. Tiene de 20 a 22 pulgadas, aproximadamente, de largo, doble filo y bien equilibrada. Su hoja es tan afilada que cortará un trozo de seda que se deje caer sobre ella. El gladius es lo bastante pesado para tener una fuerza considerable en trayectorias parecidas a las del sable, pero liviana para tener la rapidez y el juego de un florete. El gladius es bastante manejable para hacerse camino tras la guardia de un arma más larga y pesada. Hay otras ventajas de la espada corta sobre una hoja más larga. Un gladius puede ser desenvainado una fracción de segundo antes, y eso puede ser sumamente importante. Una hoja corta puede ser manejada con mayor rapidez que una hoja larga. Lo que te permite trabajar cerca de tu oponente. Si un espadachín con arma larga no puede finalizar la batalla en el primer o segundo embite, lo normal es que la pierda. Aunque el gladius es poco efectivo, debido a su pequeño tamaño, cuando se utiliza desde monturas como la de un tharlarion, tarn o kaiila.

La velocidad con la que uno puede desenvainar la espada es crucial en muchas batallas. En muchos combates, el primer guerrero que desenvaina es el ganador. Los guerreros adquieren el hábito de desenvainar su espada cada día asegurándose que sale suavemente y sin incidentes. Eso ayuda a su velocidad. También se hace para probar la vaina y asegurarse que no se ha hinchado. Un enemigo puede también tener apretada o sujeta tu hoja a la vaina con un diminuto tapón de madera, una laminilla de metal o un trozo de cable. Un cuarto de pulgada, donde cientos de ihn están implicados, puede ser una ventaja considerable. Algunos guerreros pueden tener parcialmente desenvainada su hoja si creen que el combate es inminente. Normalmente la correa de la vaina suele colgar del hombro izquierdo para ser fácilmente desechada en batalla. La vaina está en la cadera izquierda para facilitar la rapidez al desenvainar. En algunas situaciones, la vaina se tira para evitar que sea un estorbo. Los guerreros también cuidan de sus espadas, no delegando en otros el hacerlo. Ellos serán los únicos que afilarán y engrasarán sus filos.

Otras espadas: Algunas culturas goreanas diferentes utilizan otro tipo de espadas, estas armas son menos comunes en las ciudades del norte. Los Alar usan la Spatha, una espada larga, pesada y de doble filo. Es mucho más efectiva sobre un tharlarion, la montura común de los Alars. También usan una espada corta, llamada sacramasax, similar al gladius. Los hombres de Torvaldsland utilizan una espada larga. En el Tahari se suele usar la cimitarra. Es una hoja larga y curva y efectiva desde la montura de la kaiila. Hay una variedad (a dos manos) llamada scimitarus, que es eficaz desde un tharlarion. El sable es casi desconocido en gor, debido a que es demasiado largo y pesado para el combate cuerpo a cuerpo, común entre los guerreros goreanos. Los Pueblos del Carro raramente usan espadas.

Espadas no existentes: cierto número de espadas de la Tierra no existen en las novelas goreanas. Estoques, espadas de esgrima y floretes no existen. Aunque hay orientales en Gor, no hay pruebas que una cultura oriental específica creara tales armas. Otros tipos de armas europeas tales como espadas anchas, claymores y main-gauches también son foráneos en Gor.
Ahora bien, es posible que una persona de la Tierra hiciera que un Herrero diseñara una de estas hojas. Sería una rareza. También es posible que esas armas existan en Gor aunque aún tienen que ser mencionadas en los libros. Pero, ¿porqué necesitas o quieres tal hoja? Va contra las tradiciones de gor. Si quieres rolear, como goreano, es más sensato usar sus armas. ¿Porqué apartarte de eso? Además, recuerda que hacer semejante arma única sería muy costoso. Los Herreros de Gor no están familiarizados con el arma, por lo que les llevaría mucho hacerla. ¿Sería capaz tu personaje de permitirse tal hoja?

Ballesta: es principalmente un arma de infantería. Puede disparar saetas de hierro con una velocidad inicial de 1 passang por segundo. Tiene un poder asombroso y puede penetrar la mayoría de los escudos. Es fácil de disparar en distancias cortas, pero tiene una distancia corta de tiro. Es el arma elegida por los Asesinos. Hay una ballesta de caballería. Tiene un estribo de hierro en el que el jinete, sin desmontar, puede meter el pie para apalancarse y hacer retroceder el cable. Esto se hace con el pie derecho si eres diestro. Aunque es un arma lenta. La mayoría de los guerreros goreanos reciben entrenamiento en este arma. Es un arma común utilizada montando un tarn. La mayoría de las ballestas son de las variedades arrastre y manivela, refiriéndose al método utilizado para tirar del cable hacia atrás.

Arco largo: conocido como el gran arco o arco de los campesinos. Es mayoritariamente un arma de campesinos y pocos más, incluidos guerreros, lo usarán. Desprecian el arma porque es utilizada por humildes campesinos. Sin embargo, es gracias al poder del arco largo que muchos pueblos han defendido con éxito sus Piedras del Hogar. No se conoce en Port Kar o Ar, pero es bien conocido en Thentis y Ko-ro-ba. Los rencers, a partir de los sucesos de Raiders of Gor, comenzaron a utilizarlo. El arco largo se suele hacer con madera flexible de ka-la-na, con una punta de cuerno de bosk con muescas, atado holgadamente con cáñamo forrado con seda. Tiene la altura de un hombre alto, unos 6 pies o más. Su reverso es plano y su anverso es semicircular. Tiene una pulgada y media de ancho y de 1 y ¼ a 1 y 1/12 de pulgada de grosor en el centro.

Requiere una fuerza considerable manejarlo y las mujeres no pueden tirar del arco. Incluso muchos guerreros no poseen la fuerza para manejarlo con éxito. Existe un dicho de campesinos “...aquel que pueda doblar el arco largo no puede ser esclavo.....” (Esclava de Gor, pág. 112) Como las mujeres no pueden hacerlo, para algunos es una prueba adicional de que las mujeres deben ser esclavas. El arco largo es de largo alcance. Puede disparar 19 flechas en un ehn, unos 80 segundos. Se pueden disparar nueve flechas hacia arriba antes que la primera caiga al suelo. También tiene una gran fuerza de penetración. Al apuntar a un objetivo, puede ser alcanzado a través de una tronera de sólo cuatro pulgadas. A doscientas yardas puede clavar a un hombre en un muro. A cuatrocientas yardas puede matar un bosk. De un típico arquero habilidoso, no experto aún, se espera que sea capaz de disparar diecinueve flechas, en un ehn, en un objetivo del tamaño de un hombre a una distancia de doscientas cincuenta yardas. Cada una de las flechas debe ser golpe mortal.

Aunque el arco largo tiene sus desventajas. Se debe utilizar en pie o, como mínimo, arrodillado. Esto tiende a exponer al arquero más que al potencial objetivo. Es muy difícil usarlo desde una montura y poco práctico en combate cuerpo a cuerpo. No puede mantenerse cargado como una ballesta. De hecho, es doloroso tenerlo estirado más de un ehn o dos.

Existen muchas otras variedades de arcos. Los arcos planos cortos se suelen utilizar para cazar qualae, tabuk y esclavos. Los arcos de cuerno son utilizados por los Pueblos del Carro, Red Hunters y Torvaldslanders. Un arco de cuerno está formado por trozos de cuerno partido de tabuk o bosk, atado con tendón. Este arco carece de la distancia y potencia del arco largo y la ballesta. Pero en distancia corta es muy efectivo. Son más manejables en distancias cortas o desde una montura. En Torvaldsland, estos arcos suelen ser utilizados en barcos ya que pueden ser disparados desde los huecos de los remos. Los Pueblos del Carro utilizan sus arcos desde su montura. Una Persona del Carro puede disparar veinte flechas en medio ehn. Los Red Savages utilizan un arco pequeño y no hay ningún otro que pueda alcanzar su distancia de tiro. Es muy manejable y fácil de esconder.

Hay variedad de flechas usadas en arcos. La flecha de haz es algo más larga de una yarda, mientras que una flecha de vuelo tiene unas cuarenta pulgadas de largo. Ambas están rematadas con tres medias plumas de las gaviotas del Vosk. Una flecha de caza tiene una punta larga firmemente sujeta al eje, así es más fácil retirarla del objetivo. Una flecha de guerra tiene la base de la punta en un ángulo hacia atrás, formando lengüetas, haciendo más difícil su extracción. la cabeza está fijada menos firmemente al asta. También existen diferentes puntas de flecha. Esto incluye puntas anchas, puntas con púas de los Tuchuk y puntas simples.

Lanza: la usual tiene unos once pies de largo y tiene una hoja muy estrecha de forma alanceada. El asta suele ser de madera de tem negra, flexible y fuerte. Existen gran variedad de lanzas. Los Pueblos del Carro utilizan la lanza kaiila, diseñada para la montura de la kaiila y usada en caza y guerra. La lanza kaiila no se acomoda, sino que se lleva en la mano derecha. Es flexible y ligera. Está hecha para empujar, a diferencia del efecto ariete de las lanzas europeas. Puede ser casi tan delicada y rápida como un sable. Puede incluso tener un gancho para el jinete bajo la punta para ayudar a desmontar a los oponentes. Las lanzas de caza son más largas, pesadas y gruesas que la de guerra. Suelen estar sin decorar, excepto tal vez un pequeño nudo de plumas de fleer de la pradera. Su punta es más larga y más estrecha y debe golpear profundamente para perforar el corazón de un kailiauk. Las lanzas de tharlarion son más largas y pesadas, se usan principalmente en la guerra. Debido a su tamaño han de ser utilizadas con un apoyo. Los Alars suelen utilizar estas lanzas, acolchadas debido a su tamaño. Las lanzas de apuñalamiento son más pequeñas y gruesas, las usan algunos nómadas pedestres. Las lanzas de tarn, utilizadas por los Red Savages, son muy similares a las lanzas kaiila, aunque más largas y delgadas. Incluso los Red Hunters usan lanzas de caza.

Lanza corta: es el arma usual de los guerreros goreanos. Tiene unos siete pies de largo y una cabeza de bronce de entre dieciocho y veinte pulgadas de largo. La hoja es de doble filo. El asta, normalmente fabricado con madera de ka-la-na, es de unas dos pulgadas de grosor. Es un arma fuerte y pesada. Es capaz de perforar un escudo a corta distancia o incluso entrar un pie de profundidad en una viga de madera. Existen un par de variedades de lanzas cortas, incluyendo la lanza corta dentada urt y la lanza corta del pantano, conocida también como el tridente. También se utilizan jabalinas aunque la lanza corta es más popular.

Hachas: Existen pocas variedades de hachas en gor. El hacha de las zonas del norte, como Torvaldsland, es larga y ancha, con una hoja simple curvada. Tiene la parte trasera como un martillo, de hierro forjado. Son muy diestros en su uso. Hay muchos trucos para utilizar el hacha tales como fintas, golpes cortos, utilizar el mando para pinchar y golpear, etc. En el norte se considera una torpeza tener que golpear a un enemigo más de dos veces. Los Alar son bien conocidos por su destreza con el hacha. Ellos usan la francisca, un hacha de guerra, pesada de un solo filo.

Otras armas: existe una gran variedad de otras armas utilizadas en Gor. Muchas de estas armas son armas étnicas, conocidas para un puñado de forasteros. La mayoría de los guerreros comunes de Gor no tendrían destreza para empuñar estas armas.

Cuchillos: el cuchillo de gancho, de hoja curva pequeña y gruesa, se utiliza en combates de gladiadores. El cuchillo de sleen es un arma común entre las panteras. Existe un tipo de cuchillo arrojadizo, utilizado en Ar, que está afilado por un lado. Está diseñado para asesinar. Todos los cuidadores de tarn lo llevan. El panga es un cuchillo de dos pies de largo, pesado y de hoja curva y plana. El cuchillo látigo es un arma delicada, única de Port Kar. Es un látigo, pero al final de sus dieciocho pulgadas, en grupos de cuatro, hay veinte hojas delgadas y estrechas. Sus puntas varían. Algunos tienen doble filo de siete a ocho pulgadas en la punta, mientras otros tienen un plomo aturdidor. Otras armas similares incluyen la daga curva de Schendi y la daga Turiana. Algunos utilizan una vaina para esconder una daga en su manga.

Quiva: el quiva es un cuhillo de montura equilibrado, de los Pueblos del Carro de las praderas. Es de aproximadamente un pie de largo, de doble filo y afilado como una daga. El quiva es más usado como arma arrojadiza que como arma de cuerpo a cuerpo. No es necesario lanzarlo con fuerza, ya que su filo y peso hacen el trabajo por tí. Muchos quivas están hechos en Ar y vendidos en grupos de siete, ya que siete son las vainas en las monturas de las kaiila de los Pueblos del Carro. Los quivas casi siempre se guardan en las vainas de las monturas. También se fabrican de forma diferente para cada tribu de los Pueblos del Carro. A pesar del hecho que están fabricados en Ar, el quiva es, casi en exclusiva, un arma de los Pueblos del Carro. En las novelas, Tarl Cabot es la única persona no perteneciente a los Pueblos del Carro que utilizó jamás un quiva. Tarl crea un acto de carnaval sobre el uso del misterioso quiva, un arma conocida por pocos. El uso del quiva fuera de los Pueblos del Carro es raro.

Cuerda: la cuerda es un arma utilizada por los guerreros goreanos. Su uso principal es en la captura de esclavos y otras gentes. Estas cuerdas suelen ser de cuero trenzado. Los Tuchuk son diestros en el uso de la cuerda.

Cestus: son guanteletes de cuero claveteados, utilizados principalmente en combates de gladiadores. Existen también guanteletes con cuchillo, que son algo más mortíferos, como el cestus con daga de cuatro filos de Anango. También está el guantelete con hacha de mano de Skjern del Este.

Boleadora: es el principal arma de los Pueblos del Carro. Consiste en tres tiras de cuero largas, unos cinco pies cada una, en cuyo extremo tienen un saco de cuero que contiene una pesada bola metálica. Si se lanza baja, con su barrido de diez pies, es casi imposible de evitar. Puede enredar y hasta romper las piernas de uno. Si se lanza más alta puede atar tus brazos a tu cuerpo. Lanzada aún más alto, puede enredarse al cuello de un hombre. El tiro más difícil es a la cabeza, pero un tiro certero puede aplastar un cráneo. Los Pueblos del Carro suelen enredar a un enemigo y entonces matarlo con el quiva. Las boleadoras también se utilizan para cazar tumits. Existen boleadoras con filo usadas más para matar que para capturar.

Bastón: es un arma principalmente de campesinos. Suele tener seis pies de largo y dos pulgadas de ancho. Un luchador diestro con un bastón puede mantener la posición contra muchos guerreros con espada. Este bastón puede ser muy ágil y ligero en manos hábiles. Tiene usos prácticos como ayudar a atravesar terreno inestable o llevar cestos colgados. Por tanto un campesino siempre tendrá su arma a mano.

Red y tridente: esta combinación de armas es tradicional en pescadores de la orilla este e islas. El tridente puede tener dos o tres púas y también es conocido como lanza de las marismas. Son armas comunes en combates de gladiadores. En los días de la antigua Roma, también eran comunes en sus combates de gladiadores.

Red Savages: Utilizan dos armas no comunes en otras partes de Gor. Una es el canphi, un tomahawk de mango largo y filo de piedra. La otra es la clava de guerra, que puede llevar clavos u hojas.

Garrote: suele ir armado con un cable para cortar la garganta. Tiene dos mangos de madera en los extremos para poder cogerlo con seguridad. También hay una versión sin cable con la que se puede capturar gente sin dañarles. Una variante es la cadena para capturar muchachas. Es una cadena dorada, estrecha, que asfixiará a alguien sin cortar su garganta. Puedes ajustar la cadena girando uno de los mangos de madera.

Veneno: el veneno está prohibido por los Códigos de los Guerreros y los Asesinos. Es un arma principalmente de mujer. Algunos métodos de contener el veneno incluyen aros de colmillo y dientes envenenados. Con el anillo de colmillo cierras el puño y aprietas un interruptor con el pulgar, que hace aparecer un colmillo de acero hueco, que contiene algún tipo de veneno. El diente es más común en Turia y suele contener veneno de ost. El veneno de Ost puede transformarse en polvo para envenenar una bebida. La pasta de kanda puede aplicarse a un arma. Puede también añadirse a líquidos y utilizarse como reservorios de veneno. Las libres suelen esconder dagas o agujas envenenadas en su ropa. Lo que puede hacer peligroso el tratar de collarizar a una libre.

Los venenos goreanos son muy mortíferos y poco se dice en las novelas sobre antídotos o medidas preventivas. Por Ejemplo, la mordedura de un ost lleva a la muerte en segundos. Parece que la potencia del veneno se reduce en parte cuando se saca del ost y se utiliza como polvo o en un anillo de colmillo. Puedes conseguir una dosis menor del veneno o una forma más diluida que la de la mordedura. Los antídotos pueden existir potencialmente, pero no se han especificado en los libros.

Animales: ciertos animales goreanos son entrenados para cazar o atacar. El sleen y el tarn son los más usuales. Hay dos animales menos comunes pero utilizados también que son el urt y el vart; similares a la rata y el murciélago de la Tierra.

Existen muchas variedades del roedor conocido como el urt. El típico urt es lustroso y blanco con tres hileras de dientes como agujas. Tienen colmillos curvados hacia arriba por encima de la mandíbula y dos cuernos que sobresalen encima de sus ojos. La mayoría de los urts son pequeños y caben en la palma de la mano. Otros pueden ser tan grandes como un pony. Algunas variedades incluyen urts voladores, de suelo, de hoja de árbol, arbóreos, de arbusto, de canal y de los bosques. Algunos de los urts más grandes pueden entrenarse para atacar y matar.

Un Vart es un roedor ciego volador, parecido al murciélago. Suelen ser pequeños pero alguno alcanza el tamaño de un perro pequeño. Son carnívoros y pueden dejar en los huesos a un cadáver en minutos. Otro peligro potencial es que algunos tienen la rabia. En la isla de Tyros, hay numerosas cuevas habitadas por varts. Los hombres de Tyros, tienen algunos de estos animales entrenados para ser usados como armas. Parece estar restringido a esta isla.

Vaina de práctica: vainas de cuero de prácticas, que cubren las espadas, a menudo se utilizan para combates no letales y prácticas. Obviamente, estas armas pueden causar contusiones al golpear, pero no cortarán la piel.

Gunni: son aparatos de entrenamiento aunque pueden ser utilizados en algunos concursos de gladiadores. Son pesos curvas de plomo, que pesan varias libras, con mangos. Están acolchadas con tela. Son capaces de romper paredes o doblar hierro. Son como guantes de boxeo rellenos de plomo. Los gunnis ayudan a fortalecer la musculatura de los hombros, espalda y brazos. Cuando luchas sin ellos, tus puños parecen moverse con una velocidad cegadora.

Arpón: es un arma de caza utilizada principalmente por los Red Hunters. Tiene unos ocho pies de largo y dos pulgadas y ½ de diámetro. Aunque la mayor parte del asta es madera, el anteasta está hecho de hueso. La cabeza se coloca en el anteasta, perforada por una punta de pizarra afilada. Se utiliza para cazar animales marinos como sleen marinos y ballenas.

Pica: este arma de asta a veces se utiliza como arma a bordo de barcos.

Látigo: generalmente no se usan como arma, sino como forma de castigo. El látigo goreano de cinco hojas es el más utilizado en esclavas y tiene la ventaja de no dejar marcas en el cuerpo de la chica. La serpiente es un látigo más peligroso. Es una tira de cuero trenzado de unos ocho pies de largo y una pulgada y media de grosor. En ocasiones puede tener diminutas partículas de metal. Este látigo puede descarnar una espalda fácilmente o matar a la víctima. El látigo-cuchillo mencionado anteriormente de Port Kar es el principal látigo usado como arma.

NOTAS DEL TRADUCTOR

Pulgada: Medida de longitud que es la duodécima parte del pie y equivale a algo más de 23 mm.
Pie: medida de longitud en desuso, excepto en los países anglosajones, en que equivale a 0'3048 m y está dividido en 12 pulgadas.
Yarda: Unidad de longitud utilizada en Gran Bretaña, EEUU y en la mayor parte de los países de habla inglesa. La yarda británica equivale a 0,91439831 metros y la estadounidense a 0,9144 metros. Está dividida en 3 pies que corresponden a 36 pulgadas.

Traducido por Annia McCullough y Cuervo Kohime, del original Scroll 11, Arms and Armours, de los Pergaminos educativos de Luther.

martes, 4 de noviembre de 2008

LA KAJIRA SIN CABEZA

Este cuento lo escribió Cuevo Kohime, para una velada en la Isla de los Médicos. Disfrutadla.

Cuentan los más viejos del lugar que en la vieja casona, aquella que se esconde de miradas indiscretas en el bosquecillo al sur de aquí, habita el espíritu de una joven esclava. Su figura translúcida y blanquecina se desliza entre los muros de la casona, incesantemente, buscando algo, buscando a alguien. O tal vez esperando que alguien llegue.

Nadie se ha acercado lo suficiente a la vieja casona como para saber qué aspecto tiene, pero si lo hubieran hecho, hubieran podido describir la dulzura, la belleza y la tristeza de su rostro, sus cabellos largos y ondulados, que flotan constantemente como si la brisa los meciera, aunque no haga viento, y las sedas que apenas cubren su esbelta figura. También hubieran podido fijarse en el detalle de que esa cabeza de melena flotante y ese cuerpo no están unidos. La joven esclava recorre sus dominios llevando la cabeza decapitada en sus manos.

Nadie se atreve a cruzar el bosquecillo que lleva a la casa, y nadie quiere mirar en el interior. El bosque, como si supiera que en su corazón se esconde algo que es mejor ocultar, se ha vuelto más oscuro y más frondoso. Ningún animal vive allí, salvo las alimañas. Ningún leñador se acerca a talar un solo árbol, ningún niño quiere jugar al escondite allí. Incluso de día la gente teme que el manto de oscuridad que rodea la casa haga que el fantasma vague también bajo la luz del sol.

Pero antiguamente las cosas eran muy distintas. La casa no estaba cubierta de hiedras ni tenía las paredes desconchadas. El jardín no estaba cubierto de hongos y malas hierbas y el bosquecillo era hermoso y dejaba pasar la luz del día. Y, por supuesto, la espectral ocupante de la casa era una joven hermosa y llena de vida.

La Kajira que allí vivía era una joven de largos cabellos castaños y de grandes ojos negros. Era más alta de lo habitual en una mujer, y la palidez de su piel sumada a su altura le daba un aspecto un tanto lánguido. Era la posesión más preciada de su amo, un hábil Guerrero de anchos hombros, pelo rubio y penetrantes ojos verdes. El Guerrero siempre la trató con gran cariño, y ella siempre sabía cómo devolver ese afecto.

Pero, obviamente, nadie se convierte en fantasma por culpa del cariño. Algo tuvo que suceder para que la joven acabara en tal estado. Y en efecto, una noche algo sucedió.

Toda la casa estaba a oscuras. La Kajira dormía en sus pieles, a los pies de la cama de su amo, que también dormía. Prácticamente no notó la mano, casi tan grande como su cara, que la atrapaba tapándole la boca con un pañuelo. Ella intentó gritar, debatirse, alertar a su amo, pero el hombre que la sujetaba era demasiado fuerte y no pudo resistir mucho tiempo. A los pocos segundos empezó a perder la consciencia.

Al despertar lo primero que vio fue a su amo, atado y encerrado en la jaula en la que ella dormía. Enseguida se lanzó hacia ella para comprobar que él seguía vivo, pero una enorme bota se hundió en su estómago y la lanzó con fuerza hacia atrás. Sentado junto a la jaula había un hombre de aspecto siniestro, de piel extremadamente pálida, ojos azules y pelo negro. El hombre le sonreía burlón mientras jugueteaba con una llave que la Kajira reconoció inmediatamente como la de la jaula.

“Tu amo sigue vivo, si es eso lo que te preocupa” - dijo el Proscrito sin dejar de sonreír. Sus dientes eran tan blancos como su piel y ella se estremeció. Él cogió un palo y, metiéndolo entre los barrotes, golpeó al Guerrero. Este soltó un gruñido de dolor, sacudió la cabeza, aturdido, y se incorporó, aún mareado. Al darse la vuelta la Kajira vio sangre en su cara y en su cuello, que se había secado ya, y una herida en la cabeza que parecía tener mal aspecto. La muchacha estaba al borde de las lágrimas. El Proscrito miró al Guerrero.

“Te voy a dar a elegir, Guerrero. O bien me entregas tu kajira y sales de ahí o bien no la entregas y mueres”. El cautivo sólo emitió un rugido de furia y empezó a golpear los barrotes con el hombro. “Veo que contigo no se puede razonar” dijo el Proscrito. Y volviéndose hacia la muchacha le preguntó “¿y si te doy a elegir a ti? ¿Qué prefieres?”. El Guerrero, encendido de rabia, ordenó a la joven que huyera. Pero esta se limitó a mirarle tristemente. Agachó la cabeza y se desprendió de las sedas.

Cuando el Proscrito hubo acabado, aún desnudo, colgó la llave del cuello de la joven, la cargó a hombros y la colocó en la grupa del tharlarion del Guerrero. Allí la dejó, atada al animal, mientras él descansaba, comía y dormía como si la casa fuera suya. Al alba salió del bosquecillo con la muchacha aún atada y, a una cierta distancia, la soltó. Podía regresar con su amo mientras él seguía con su huida.

Y así la Kajira volvió con su amo, le liberó, le desató y atendió sus heridas. Pero el amo había pasado mucho tiempo pensando en lo que había pasado. Y a cada momento se iba sintiendo más y más humillado. Humillado más por haberse visto encerrado por un proscrito y liberado por una esclava que por la desobediencia de la Kajira. Se sentía dolido, furioso, avergonzado y traicionado. Y en su cabeza se fue formando una idea espantosa tras otra. El castigo debía ser ejemplar.

Así que el Guerrero, una vez atendido por la Kajira, fue a su dormitorio, cogió su espada y, mientras la joven limpiaba el suelo de la celda, de un solo golpe, la decapitó.

La cabeza rodó por el suelo de la estrecha celda sin prácticamente ningún ruido, mientras la sangre salpicaba a chorros la pared y el suelo. El grácil cuerpo, silencioso, se desplomó a los pies del Guerrero. El collar, bañado en sangre, golpeó las losas del suelo con un tintineo metálico.
El tiempo pasó, y la rabia del Guerrero no había hecho más que aumentar. A lo largo de los años abandonó todo lo que le era querido buscando venganza. Dejó sus amigos, su Casta y hasta su Piedra de Hogar mientras vagabundeaba intentando encontrar al Proscrito.

Y un día, después de preguntar, intimidar y sobornar a un sinfín de gente, encontró lo que buscaba. El Proscrito había encontrado la prosperidad en una nueva ciudad. Había abandonado la vida de pillaje, había creado un negocio y, gracias a la prosperidad del mismo, se había conseguido rodear de varias hermosas esclavas. Al enterarse, el Guerrero sintió una furia renovada, puesto que, mientras él había vagado sin descanso durante muchos días, el Proscrito había conseguido asentarse. Y mientras el Guerrero lo había perdido todo, su enemigo había conseguido todo lo que se podía desear.

Así pues, el Guerrero trazó un plan. Y mientras el Proscrito atendía sus negocios, él entró en la casa y, una a una, degolló a las indefensas esclavas. Cubierto de sangre se sentó entre los cadáveres y, ansioso por ver la cara de su enemigo cuando descubriera la escena, aguardó.

Después de un buen rato, el Proscrito volvió. Y, tal como esperaba el Guerrero, la escena no le resultó precisamente agradable. Los cuerpos de las muchachas yacían rígidas, los cuellos secos de sangre, que se derramaba sobre sus sedas y por el suelo, las caras inmovilizadas en un gesto de terror.

Con un alarido, el Proscrito sacó su espada y se lanzó contra el Guerrero. Este reaccionó y, ágilmente, se apartó de su camino. Se entabló un intenso combate. Los dos hombres descargaban sus espadas con furia contra el otro. Las heridas se abrían en la carne de los dos y, poco a poco, ambos fueron perdiendo las fuerzas. Pero el Guerrero, que en su vagar había perdido el hábito de entrenarse, parecía llevar las de perder. El Proscrito consiguió imponerse a su rival, y de una patada lo tiró al suelo. El Guerrero sabía que estaba a punto de perder, que su ansia de venganza no se vería satisfecha.

Pero en ese momento un viento salvaje apagó todas las velas y antorchas de la casa. El Proscrito se quedó petrificado por la sorpresa, pero cuando vio que sólo era el viento se volvió a preparar para el último golpe. Entonces se escuchó un aullido. Al principio ambos contendientes pensaron que sólo era un animal salvaje, pero el tono del aullido cambió lentamente hasta que, finalmente, ambos pudieron escuchar claramente el grito de una mujer.

En la mejilla del Proscrito se abrió repentinamente una herida. Era como si alguien, con un pequeño cuchillo, hubiera cortado la piel. La sangre empezó a derramarse de la nueva herida y, aunque no era ni mucho menos la más dolorosa, si que tuvo la capacidad de dejar al Proscrito helado de miedo. Mientras, el Guerrero pudo ver a la espalda del otro hombre una leve luminiscencia. El Guerrero creyó ver una niebla blanquecina y luminosa, arremolinándose tras su rival. La niebla, poco a poco, fue adquiriendo consistencia y, como si el Proscrito hubiera notado la presencia de alguien detrás, se dio la vuelta, muy despacio, con los ojos abiertos por el terror.

Lo que allí había les heló la sangre a ambos. Una figura de mujer, descolorida y translúcida, vestida con sedas y con una cabeza en la mano derecha. La figura levantó una mano y, muy despacio, acarició el pecho del hombre. Con un alarido el hombre se llevó la mano al pecho, y al retirarla el Guerrero pudo ver que estaba cubierta de sangre. El espíritu, con un rictus de furia en la cabeza cercenada, pareció deshacerse en una nube de humo blanco que rodeó al Proscrito. Con el pánico grabado en sus ojos, el hombre intentaba en vano deshacerse del humo mientras nuevos cortes se abrían en su ropa y en su piel. Tela y carne se desprendían y caían en jirones mientras la sangre salpicaba el suelo y las paredes. El hombre aullaba de dolor y el Guerrero, espantado, intentaba alejarse a rastras.

El suplicio no duró mucho. Tras unos minutos de agonía, el cadáver despellejado cayó al suelo. El Proscrito había muerto. El humo volvió a materializarse en la figura decapitada. Esta, con un lánguido caminar, se acercó al Guerrero y puso su mano sobre el rostro de él.

Esta vez, sin embargo, lo que el Guerrero sintió fue la inmensa pena que sentía el fantasma. Entonces comprendió que ella lo había dado todo para salvarlo a él. Comprendió que ella no podía obrar de otra forma, porque su vida estaría vacía sin él. Sólo podía salvarlo y esperar su castigo. Él entendió lo mucho que ella le amaba y, llorando, le pidió perdón. Ella sonrió y lentamente desapareció.

Y cuando el último rastro del cuerpo femenino se hubo desvanecido, el pecho del antiguo Guerrero dejó de respirar.

Así que, la próxima vez que aparezca el fantasma de la Kajira sin cabeza, esperad un momento. Observad. Porque, pasado el tiempo, cuando ella ha acabado de dar su paseo nocturno, el fantasma de un hombre rubio se acerca a ella, coge la cabeza de entre sus manos, la coloca cuidadosamente sobre sus hombros y, dándose ambos un apasionado beso, se desvanecen en la oscuridad, esperando al siguiente encuentro.

Por Cuervo Kohime.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Plantas de interior de Gor

PLANTAS DE INTERIOR DE GOR

La planta de cinta se encogió mientras su dueño traía la regadera.
“¡Soy una cinta!” grito indignadamente. “¡Cómo te atreves a regarme antes de tiempo! ¡Guardias!” llamó. “¡Guardias!”
Borin, su dueño, colocó la regadera en la mesa y miró a la cinta. “Serás regada”, dijo.
“¡No te atreves a regarme!” se rió la planta.
“Serás regada”, dijo Borin.
“¡No me riegues!” lloró la planta.
“Serás regada”, dijo Borin.
Yo observé este intercambio. Verdaderamente, creía que la planta sería regada. Era una planta, y en Gor no tenía derechos. Tal vez en la Tierra, en su permisiva sociedad, que distorsiona los verdaderos roles de todos los seres, que fuerza tanto a plantas como a regantes a estar infelices y constreñidos, que prohíbe la realización de propietario y planta de interior, tal cosa podría no suceder. Tal vez allí, no sería regada. Pero ahora estaba en Gor, e indubitativamente sentiría su verdadero lugar, aquel de una planta de interior. Sería regada a voluntad. Tal es la forma con las plantas.
Borin agarró la regadera, y muchamente regó la planta.
La planta gritó. “¡No, Amo! ¡No me riegues!” El amó siguió regando a la planta. “Por favor, Amo”, suplicó la planta, “¡no me riegues!”
El amó siguió regando a la planta. Era una planta. Sería regada a voluntad.La planta sollozó muchamente mientras Borin dejaba a un lado la regadera. No estaba complacida. También, estaba mojada. Pero esto no importaba. Era una planta.
“Has sido bien regada”, dijo Borin.
“Si”, dijo la planta, “he sido bien regada”. Por supuesto, sería regada por su amo a voluntad.
“Te he regado bien”, dijo Borin.
“Si, Amo”, dijo la planta.
“Has regado bien a tu planta. Soy planta, y como tal debería ser regada por mi amo”.
El cactus al lado de la cinta se estremeció. Intentó cubrir su pequeña forma con sus perqueños brazos y pequeños pinchos.
“Soy una planta”, dijo maravilloseadamente. “Soy de la Tierra, pero por primera vez me siento verdaderamente como una planta. En la Tierra, era capaz de controlar mi riego. A menudo me mofaba de aquellos que me regaban. Pero eran débiles, y no veía mi mofa por lo que era, el débil intento de una pequeña planta de protegerse a sí misma. Ni uno de los regantes de la débil Tierra se atrevería a regar una planta si ella no lo deseara. Pero en Gor”, se encogió, “en Gor es diferente. Aquí, aquellos que desean regar regarán sus plantas como deseen. Pero extrañamente, me siento más planta cuando estoy a merced de un fuerte amo Goreano, que me regará como a él le plazca”.
“Ahora te regaré a ti”, dijo Borin, el amo Goreano del cactus.
El cactus no se resistió a ser regado. Tal vez se estaba dando cuenta de que tal riego era controlado por su amo. También, tal vez sabía que su amo era muy superior a aquellos de la Tierra, que no lo regarían si no deseaba ser regado.El riego del cactus había acabado. La cinta lo miró.
“He sido bien regada”, dijo.
“Yo, también, he sido bien regado”, dijo el cactus.
“Mi Amo me ha regado bien”, dijo la cinta.
“Mi Amo, también, me ha regado bien”, dijo el cactus.
“Voy a ser colocada en una cesta colgante en el porche”, dijo la cinta.
“Yo, también voy a ser colocado en una cesta colgante en el porche”, dijo el cactus.
“Te deseo bien”, dijo la cinta.
“Yo, también, te deseo bien”, dijo el cactus.
“Tal”, dijo la cinta.
“Tal, también”, dijo el cactus.
No creo que la cinta pusiera objeciones a ser regada de nuevo por su amo. Porque se dio cuenta de que era una planta, y que aquí, a diferencia de la Tierra, era probable que fuera poseída y regada por muchos amos.
Por Elle, que ha leído demasiados libros de Gor y hecho demasiados exámenes finales como para que se le permita campar rampante en un ordenador.

(NdT: lo de muchamente y maravilloseadamente es parte del estilo de escritura de John Norman. Se ha intentado traducir de forma lo más fiel posible al original).

Traducido por Cuervo Kohime, del Original Houseplants of Gor